La Historia de Roma es la historia universal de la infamia. Sus personajes, matronas, emperadores, soldados, políticos y cortesanas, nos siguen haciendo sonrojar después de dos milenios. El pequeño Heliogábalo, educado como sacerdote, tenía crisis místicas: en una de ellas intentó castrarse; en otra se circuncidó. Cómodo no desayunaba si antes no degollaba a un tigre, que le envíaban por manadas desde oriente. Catón el Joven, rodeado por las legiones de Julio César, se suicidó sobre una copia de el Fedón. Son leyenda las patologías mentales de Nerón y Calígula... ¿De verdad Roma es tan lejana, tan diferente a nosotros? Tal vez, pero antes de juzgarla hay que recordar que la vemos a través de los siglos y con una moral cristiana. La Roma clásica, en la época del imperio, era ya decadente y trágica, con el peso de 700 años de historia. Pero algo de bueno debió tener un pueblo que inició como una aldea formada por etruscos, sabinos y latinos que no tenían siquiera mujeres para perpetuars...