Hay un par de paralelismos, más evidente uno que el otro, en las derrotas de Napoleón y Hitler. Por una parte, como es bien sabido, la derrota de Hitler se debió principalemente, discusiones de por medio, a la resistencia y el lento pero inevitable avance ruso en el frente oriental. Hitler cometió el error de creerse su propia propaganda política. La Unión Soviética, bajo el dominio tiránico de Stalin, el cual recién acababa de liquidar a 20 mil oficiales del ejército como parte de las purgas, no tenía que ser más que un país débil. Justo al principio de la Segunda Guerra Mundial, los finlandeses ya habían hecho ver mal al gigante oponiéndole una resistencia inesperada. "Basta con que demos una patada en la puerta, y todo el edificio podrido se vendrá abajo", dijo Hitler. La patada se dio en el verano de 1941 y se llamó, Hitler era un hombre dramático, Operación Barbarroja. Y mucho se ha discutido las razones por las que Stalin no dió muestras de iniciativa o valentía en las ...