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Mostrando entradas de junio, 2011

Alienígenas y dragones en el garaje de Carl Sagan

En El Mundo Y Sus Demonios, Carl Sagan narra una situación memorable: suponga que llego desesperado a su casa y le digo con voz entrecortada que en mi garaje hay un dragón. Sin duda usted dejaría de lado sus actividades e iría corriendo a buscar la explicación de tan loca aseveración por parte de su vecino, al que hasta ahora tiene por un tipo normal. Llegando al garaje usted pregunta por el animal mitológico y yo vagamente señalo el interior, por ahí. Usted ve botellas vacías, una aspiradora vieja, el asador de carnes... pero ningún dragón. Ante su mirada extraña yo especifico, perdón, se me olvidó decir que el dragón es invisible. Difícil caso, pensaría usted, pero decide creerme y me propone cubrir el piso del garaje con harina, así podremos ver las huellas del dragón. Muy ingenioso, respondo, pero se me olvidó decirle que éste dragón vuela. Más extrañado aún usted propone rociar pintura en aerosol para poder verlo. Lo siento, replico, pero mi dragón es incorpóreo. Lle...

Bertha Krupp y el viaje a la luna

Ubicada en Renania, en el este de Alemania, se encuentra la ciudad de Essen, famosa hasta el día de hoy por ser un gran centro metalúrgico y la cuna de la dinastía Krupp. Los Krupp han formado una industria que tiene una historia que abarca ya tres siglos. Incluso hoy es posible conseguir cafeteras con ese nombre como marca. En buena medida la ciudad ha estado atada a los vaivenes de éste apellido. La familia ha mantenido siempre una relación muy buena con los gobiernos alemanes y fueron proveedores de las armas con las que, en la primera mitad del siglo XX, los germanos trataron de ganar territorios en el centro de Europa. A principios del siglo XX la dueña de ese imperio industrial era Bertha, la hija bastante rolliza de Alfred Krupp. Ella tenía todo lo que se podía comprar con dinero en ese tiempo: joyas y ropa, casas y coches y un marido honesto. Se podía decir que Bertha era feliz. Con la especie de Guerra Fría que se había establecido en Europa a partir de la muerte de Bismarck, ...

Stefan Zweig, un deicida en la historia

(Nota: En lo que sigue hablo de historia, con h minúscula, para hablar de ficciones y de Historia, con H mayúscula, para hablar del pasado de la humanidad.) Espero que nadie me considere cínico en exceso si digo  que existen muchas formas de mentir, y los  historiadores las han experimentado todas. Cuando Herodoto nos dice que Jerjes llevó contra Grecia, en la segunda guerra médica, dos millones de soldados, nos habla de un imposible; cuando Michael Burleigh condena a Jünger y Remarque por fomentar con sus novelas una nueva guerra en la república de Weimar, esta cayendo en un exceso. Uno exagera el parte de guerra para hacer más heroica la gesta de su pueblo, otro condena con odio a todo el que estuvo en las líneas enemigas. Hace algunos años Lothar Machtan publicó un libro, El Secreto de Hitler , en el que se propone demostrar una discutida homosexualidad de Hitler con argumentos que, mutatis mutandis , podrían servir para demostrar que el dictador alemán destilaba vi...