Ir al contenido principal

Henri Bergson. La risa

Alguna vez un amigo mio me comentó: A fulano se le murió su tío el día viernes en un accidente, vaya desgracia, pense; su hermano se murió el lunes en otro accidente, ¡terrible!; ¡y su mamá acaba de morir el miercoles!, ¡esto es un chiste!, dije, y no pude evitar reirme. Pero no, no era un chiste. Los tres habian muerto en distintos accidentes. Pero realmente parece un chiste de humor negro, como aquellos de las novelas de Faulkner. El asunto aquí es que aunque sabes que es cierto no puedes evitar reirte ante una serie desafortunada de eventos que son tan exagerados que parecen sacados de una pelicula de Pedro Infante. Me viene a la mente un caso distinto. La pelicula El Expreso de Media Noche es una de mis favoritas. Es una historia realmente espeluznante y mueve a una reflexion profunda. El protagonista sufre, tambien, horrores antes de lograr su libertad y viajar a los Estados Unidos en donde, con toda justicia, es recibido como un héroe. Nadie, creo, ha tenido o tendrá jamás un ataque de risa ante esas escenas tan dramáticas; digamos, cuando el protagonista se masturba ante el torso desnudo de su novia visto a través del cristal que separa a las visitas de los reclusos. Siempre pensé que era una historia perfecta, que la vida nos había regalado un excelente guión para una pelicula digna de ganar un Oscar. Por eso me dejó perplejo el enterarme recientemente, en un programa del National Geographic Channel, que la cosa no termina donde la pelicula. Para volver el asunto más retorcido de lo que ya es, al protagonista los turcos lo llevan a una isla rodeada de tiburones en donde pasa otros cuatro años recluido realizando trabajos forzados y sufriendo más vejaciones que las ya vividas. Entonces un buen día se roba un pequeño bote de remos, navega hacia la costa en medio de la noche tormentosa, sin saber exactamente hacia donde va. Da todo de sí hasta desfallecer, se encomienda a Dios, dispuesto a morir si luchar más y, al dar el ultimo golpe de remo, siente encayar su embarcación en las rocas de la costa. Viaja sin probar bocado durante todo el día hasta la frontera griega y logra pasar después de mil peripecias. ¡Hombre!, dije. Esto ya no me gustó. A veces la realidad necesita de un buen editor.
La Risa es el nombre del libro de Henri Bergson que trata de responder a la pregunta ¿Por qué nos reimos? A Bersgon siempre lo he asociado más con Proust porque todos los críticos coinciden en que para él el tiempo era recuperable sólo en el sentido que Proust le da en A la Busca del Tiempo Perdido y que fue la razón por la que éste escribio su obra. Bergson era francés y fue contemporaneo de Proust, asi que no es algo raro que desarrollaran la misma idea. Y sin embargo, creo que la mayor aportación de Bergson es ese pequeño libro que hay que leer no sólo para entender el por qué de algo tan cotidiano sino también cuales son la diferencias entre la comedia y la tragedia. Desconozco cuánto ha avanzado la psicología en el entendimiento del tema, pero las explicaciones de Bergson me parecen universales, o por lo menos válidas en una gran gama de situaciones. Las teorias presentadas son múltiples y el autor toma muchos ejemplos de las comedias de Moliere para apoyarlas. Definitivamente no haré un resumen aqui de la obra, que por demás se puede conseguir y leer fácilmente en un solo día, la editorial Porrua lo publica desde hace mucho con Introduccion a la Metafisica, un escrito con tema bastante mas arcano. Voy a mencionar solamente lo que me parece es la principal conclusión y que se menciona de manera clara en todo el libro: la risa castiga la parte mecánica o autómata del ser humano. Surge cuando detectamos en nuestros congéneres una actitud propia de seres que no sienten y están atados a sus molduras y no son capaces de liberar el alma o el espiritu de la pesadez terrenal del cuerpo. En las tragedias los personajes parecen todos divinos, ocupados de temas en verdad trascendentes como la muerte, el amor, la venganza. Ninguno bebe o come, si no es para tomar un veneno, y el dramaturgo nunca se detiene en detalles propios de la digestión o de la deglución, por poner un ejemplo. En cambio los payasos y los cómicos explotan hasta la saciedad las funciones corporales de los humanos. Los humores del cuerpo y los ruidos que este produce, y éste es un ejemplo extremo tomado con toda malicia para recalcar el contraste, provocan automáticamente la carcajada. Imaginemos que el final de Julieta es un poco distinto al que escribió Shakespeare:

Julieta
Un ruido. Sere breve.
¡Oh daga feliz! Soy tu morada.
Entra en mí y cáusame la muerte.
Se clava el puñal y cae soltando un sonoro cuesco.

¡Esa seria una tragedia! La angelical Julieta, en el momento máximo de su vida, que habria de elevarla al panteón de los inmortales, ¡nos recuerda de la manera más vulgar posible que es humana!. Este ejemplo escatológico también permite otra observación importante en relación a la risa, la primera de Bergson y la última mia: La risa es propiamente humana porque sólo el humano ha hecho una separacion entre la parte mecanica-corporal y la parte sentimental-espiritual del ser. En tanto la comedia abarca el primer ambito, la tragedia está circunscrita exclusivamente al segundo. Y en tanto la comedia se vale de los recursos de la tragedia sólo para hacer más grande el contraste y motivar más aún la risa, la tragedia es absolutamente incompatible con las descripciones mecánicas del hombre. Para los animales, las funciones corporales son totalmente naturales y no hay por tanto, un castigo por éstas acciones: los animales no pueden reir.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Cimón y Pero

 Cimón A Pero la eduqué y la crié como lo hicieron conmigo, en la tradición romana influenciada positivamente por la cultura y tradiciones griegas, para vivir en un mundo interno rico y libre. Las ideas judías-cristianas han cambiado de fondo a la sociedad actual y la han hecho temerosa, sumisa y sin vida. Yo no quise que mi hija fuera parte de ella y creo que lo logré. Ese corrillo que circula de boca en boca en los baños y en las plazas es un escándalo completamente artificial. Me explico.  Pero es una mujer hermosa, muy parecida a su madre, aunque debo decir que yo no soy un hombre feo. Mi hija es una mujer alta de ojos trigueños y cabellos como miel que le caen a la mitad de la cintura cuando deshace sus trenzas. Su piel es tierna y nerviosa como la de una gata bajo las caricias. Las redondeces de su cuerpo son dulces y las he disfrutado desde que ella era una adolescente. Y quizá lo mejor de ese cuerpo perfecto son sus pechos rotundos y suaves que hacen sentir tan cerca u...

De las bacterias al hombre: la evolución

La mayoría de las personas no puede cuestionarse la naturaleza y el funcionamiento del mundo alrededor por cada paso que da, se tiene que limitar a aceptar y entender, además de tratar de predecir de manera empírica el mundo que lo rodea. Esto no es de ninguna manera censurable. La toma de conciencia en el humano es lenta y progresiva, al recién nacido sólo le importa el calor y los nutrientes que le proporciona la madre y casi nada más; ningún recién nacido hambriento se pregunta por qué existe la leche materna, por qué es blanca, por qué es líquida, por qué los reptiles no amamantan a sus crías... Desde el nacimiento hasta la muerte la vida nos envuelve en una dinámica en la que casi todo nuestro tiempo y atención se concentran en la búsqueda de alimentos, pareja, cuidado nuestro y de nuestros familiares, etcétera. Por eso es muy poco agradable cuando en medio de ese trajín cotidiano uno se da cuenta de una gran verdad y la expresa sólo para recibir, con un poco de indiferencia o...

Pollo frito

Veo a través de los cristales de la cocina la llegada de un negro sucio acompañado de una mujer muy guapa. En realidad no se trata de un negro, de negro sólo tiene el color; es un chaparro mofletudo que manotea mientras habla con la chica. Debe ser mexicano. La miro a ella mientras saco las dos rejas de pollo que están en el aceite. Las dejo escurriendo y pongo otras en lo que aprovecho para cargar las siguientes piezas empanizadas. Soy un eslabón de la cadena de producción de esta tienda de comida rápida especializada en pollo frito, y no el eslabón más débil, por cierto, ese puesto le corresponde a los novatos. Siempre hay novatos, ahora es Marisol, la cajera. Si en la tienda hay filas interminables se deben todas a ella, siempre a ella. La pareja ya hizo su pedido y espera un poco. La mujer, alta, blanca y de cabello claro sin llegar a ser rubio, sonríe y asiente de vez en cuando. Hasta mí llegan algunas palabras, "serie", "súper interesante", "genial...