
Revisando las rutas hacia la final, hemos decidido que Argentina tiene un camino muy fácil esta vez, está ubicado en un grupo que se presta para que Messi se vuelva campeón de goleo (Bosnia, Irán, Nigeria). Va a pasar en primer lugar del grupo F y jugará su cuarto partido contra el segundo lugar el grupo E (ese que tiene a Suiza, Ecuador, Francia, Honduras), a los cuatro les gana. Por si fuera poco, su quinto partido será (lo damos como un hecho) contra Portugal, la cual es una selección no muy buena que sólo va a funcionar en tanto la media sea capaz de surtir buenos balones a CR7. Así que le damos la ventaja a Argentina sobre Portugal. Además, en Brasil, la albiceleste entrena a puertas abiertas y con estadio lleno debido a la cercanía geográfica. Los argentinos están como en casa y traen una selección monstruosa, con Messi por derecha y Di María por izquierda. También nos guía la tradición: los mundiales de América son para los americanos, y si esta vez no es Brasil, será Argentina. Quien tiene un panorama muy negro es México. Quejarnos del grupo A (Brasil, Croacia, México, Camerún) sería exagerado si volteamos a ver los lugares de nuestros compañeros de Concacaf: Costa Rica en el grupo D (Uruguay, Inglaterra, Italia) o Estados Unidos en el G (Alemania, Portugal, Ghana). Sólo el grupo E de Honduras es comparable al de México, pero si nos preguntan a mi hermano y a mí, es mejor estar en el A y enfrentar a Croacia, que estar en el E y enfrentar a Ecuador). Pero una vez superada la fase inicial, tendremos que enfrentar a Holanda, España o Chile. Enfrentarse al campeón del mundo en la segunda y decisiva ronda es mala suerte, peor todavía si tenemos en cuenta que en caso de ganar, México tendría que jugar muy probablemente contra Italia y en caso de ganar... Bueno, en caso de ganarle a España y a Italia, México estaría para campeón del mundo y eso no va a suceder. De todas formas, y así como mi hermano y yo tenemos la ilusión de jugar en primera, todas las estadísticas y pronósticos del mundo no pueden matarnos la idea de que México va avanzar a pesar de todo, así como lo hizo en los JJ OO de Londres, y que algún día u otro, vamos a ver al capitán de la selección viajando en un carro descapotado por Paseo de la Reforma levantando, muy en alto, la copa de la FIFA.
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